En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos

Comienzo este blog sin tener excesiva idea de cómo se hace esto de escribir en un blog, o diario, o bitácora, o como se quiera llamar.

Y aún tengo menos idea de por qué me pongo a empezar este diario hoy, precisamente hoy, el martes 16 de marzo de 2004.

Y es que hoy, el 16 de marzo de 2004…

… hace 5 días que se masacró a más de 200 seres humanos -y, por tanto y para algunos entre los que em encuentro, hijos de Dios- en unos trenes de Madrid;
…y hace 4 días que fueron todas esas manifestaciones, incluida la que yo estuve, la de Madrid y su lluvia;
…y hace 3 días que murió mi padre; anteayer fue el largo -y, con todo, bello- día de tanatorio; ayer incineramos su cuerpo, que no su vida;
…y hace 2 días que fueron las elecciones generales, tan marcadas por lso atentados de Atocha y Entrevías, y en ellas sume mi voto;

Y justo hoy… empiezo esta bitácora. La empiezo con esas historias tan recientes. La empiezo con tantas y tantas otras historias -grandes y pequeñas, importantes o anecdóticas, de la humanidad o sólo de algunos humanos- que han estado ahí, en ese formidable camino que es la vida de los que viven (y sueñan, y mueren).

Yo qué sé.

Supongo que es por lo que dice el poema de Mario Benedetti, y que yo conocí cantado por Nacha Guevara:

«Y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos«.